Los incendios se extendían el martes por la región suroriental de Corea del Sur, obligando a evacuar a miles de presos de las cárceles locales y provocando que los residentes abandonaran sus casas.
El presidente en funciones, Han Duck-soo, prometió desplegar helicópteros y personal de tierra para combatir los incendios.
La ciudad de Andong, con una población de 150.000 habitantes, emitió una alerta a sus residentes para que evacuaran a zonas seguras, según un alto cargo de la ciudad y una alerta de texto pública. La ciudad alberga la aldea folclórica de Hahoe, de los siglos XIV a XV, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El alto cargo dijo que las llamas estaban actualmente a unos 10 kilómetros de Hahoe.
Las autoridades declararon los condados afectados “zonas desastrosas especiales”.
El Ministerio de Justicia dijo que ha comenzado a trasladar a unos 2.600 reclusos de cuatro prisiones del condado de Cheongsong debido a los incendios.
Al menos cuatro personas han muerto y cientos se han visto obligadas a abandonar sus casas desde que el sábado empezaran las llamas en varias zonas, avivadas por los fuertes vientos y el tiempo seco. El martes se encontró muerta a una mujer, según informaron los medios de comunicación locales, y la policía dijo que sospechaba que la muerte estaba relacionada con los incendios.
Los incendios ya han destruido monumentos locales, entre ellos antiguos templos budistas.