“Yo soy desierto, yo soy silencio”, es la exposición de la obra del pintor lírico Sergio Herrera de la Cerda originario de Ceballos Durango, fue inaugurada en la sala de exposiciones temporales del Museo de las Culturas Populares perteneciente al Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), ante un numeroso público, en representación del Mtro. Francisco Javier Pérez Meza, Rogelio Domínguez Breceda y el Profesor Alfonso Villarreal, Director del Museo, quien a nombre del ICED le entregó reconocimiento por su participación.
Sergio Herrera al tomar la palabra, compartió que la obra salió de su corazón, “soy desierto, estoy hecho de naturaleza y reciclaje. La obra que van a ver es para crear conciencia sobre la contaminación. Las piezas que verán son para estimular los 5 sentidos: se puede oler, tocar, escuchar…, la hice sin temor a que se dañe. Estoy lleno del desierto, trabajo descalza, creo mis propias técnicas, ya que la geografía no permitía acceder a materiales, por lo que echo mano de lo que tengo, por ello el reciclaje es parte de la obra…”
Yo soy desierto, yo soy silencio, se compone de 20 piezas realizadas en técnica de acrílico reciclado, son un canto a la vida que se despliega en el vasto lienzo de la “Zona del Silencio” del Desierto Chihuahuense. A través de iconos, pigmentos y elementos naturales, teje una narrativa visual que captura la esencia misma de su hogar, el desierto. Inspirado por la mística arraigada en las etnias de Mapimí, donde el silencio parece ser una fuerza viva, transfigura la quietud en una poesía pictórica. Más que una mera expresión artística, su obra es un testamento a la belleza etérea y a la inmensidad del paisaje, así como un llamado a preservar y honrar la riqueza cultural que yace en el corazón del Desierto Chihuahuense.
Cada pincelada es una oda al silencio y una celebración de la vida en su forma más pura. Su obra invita a los espectadores a detenerse, a escuchar el lenguaje mudo de la naturaleza y a sumergirse en la serenidad de la “Zona del Silencio”. Con una paleta que resuena con los colores del desierto y una técnica que refleja su profundo respeto por las tradiciones ancestrales, el pintor no solo captura la apariencia del paisaje, sino también su alma, ofreciendo al mundo una ventana hacia un rincón del planeta donde la tranquilidad y la belleza se entrelazan en perfecta armonía.
La exposición puede ser visitada de martes a viernes de 9:00 a 18:00 h y sábado y domingo de 11:00 a 18:00 h, en las instalaciones del museo que se ubica en calle Negrete #903 Poniente, Zona Centro.