El niño y el color de Enrique Chiu se inaugurarán en el Museo Francisco Villa.

El trabajo de los artistas plásticos aborda gran diversidad de temas en los que sus imágenes llevan al espectador a evocar otros tiempos. Es el caso de la exposición pictórica “El niño y el color”, de Enrique Chiu, que será inaugurada el próximo jueves 25 de abril, en punto de las 20:00 h, en la Sala Manuel Valles Gómez del Museo Francisco Villa.

El niño y el color nos remonta a las memorias de nuestra infancia: esos juegos y juguetes tradicionales de madera que formaron parte de la cotidianidad de varias generaciones. Los juguetes mexicanos son una tradición que difunde la historia. La obra de Enrique consiste en convertirse en cómplice de la alegría que emana de la mayoría de sus cuadros; es disfrutar de la sensualidad de formas y colores que se entrelazan con las melodías inmersas en las imágenes. Es poder observar, sentir y describir sus composiciones dentro de los diferentes contextos en que presenta su trabajo; puede hablar de sus recuerdos, sus anécdotas y de su postura ante la vida, siempre en movimiento, aunque de vez en cuando logra silenciarse transmitiendo la seriedad de sus mensajes y las remembranzas de una situación o personaje que dará motivo a una buena charla y reflexión.

La exposición tiene el fin de apoyar a la niñez y de conservar las tradiciones mexicanas; se conforma de obras llenas de color y juguetes tradicionales mexicanos con los que el artista disfrutó su infancia. “El tema del juguete debe interesar a todas las generaciones porque detrás de un niño hay un abuelo, un tío, el papá o la mamá; hay un adulto y justamente la idea es que la gente tenga la oportunidad de acercarse y revivir aquello con lo que crecieron y promover el uso viendo su riqueza”. Durante las últimas décadas, los juguetes electrónicos o de tecnología han cobrado popularidad entre los niños; cada vez es menos común encontrar algún juego de mesa, o aquellos con los que sus padres o abuelos solían jugar cuando eran niños, como canicas, yoyos y baleros.

Eso es lo más importante, nos permite estar en contacto con nuestra propia cultura. Recordemos que, para que las tradiciones y las costumbres se preserven, las generaciones son las encargadas de transmitir el conocimiento para que esto ocurra, las técnicas y todo aquello que aprendieron de sus abuelos, de sus padres. Es una forma de que la cultura esté presente. Los juguetes tradicionales mexicanos son piezas elaboradas a mano, ya sea con herramientas de trabajo comerciales como martillos, pinzas, tijeras o aguja; o bien, que los artesanos elaboren sus herramientas rústicas de forma improvisada, pero que para ellos sean funcionales.

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